El tiempo de la comida es uno de los preferidos para ejercitar con mayor intensidad la convivencia social, la relación humana y el contacto con otras personas.
Si organizamos una comida con invitados y queremos causarles una buena impresión, habrá que estudiar también el lugar en donde se colocará la mesa. En este sentido, factores importantes serán, la amplitud o estrechez de la habitación, la posición que ocupe la mesa respecto a puertas y ventanas, la intensidad de la luz -natural o artificial- y el lado por donde se recibirá, la decoración , objetos o muebles que los comensales tendrán frente a sus ojos, etc.
Cuidar estos detalles es una manifestación de estilo que honra a quien la realiza y que sabrán agradecer los invitados.
Los manteles más elegantes son los grandes, amplios y colgantes -nunca deben ser cortos-.
El agua se presenta en una jarra de cristal con hielo, y el vino en su propia botella, recostada dentro de una cesta si es un reserva ó gran reserva.
La servilleta es un elemento inquieto:tiene distintas ubicaciones para escoger, y cada anfitrión, al poner la mesa, la termina presentando donde mejor parece.....
Cuando ya estén colocados todos los elementos fundamentales del servicio- platos,cubiertos, cristaleria, platos auxiliares, etc., se decidirá , en función del espacio libre que reste en la mesa, si se disponen algunos elementos ornamentales, como flores, pequeños objetos de cerámica, candelabros u otros similares.
Las velas son un detalle ornamental , pero no bastan para iluminar una cena, por lo que habrá que prever un buen sistema indirecto de luz artificial.
Los primeros habrán que esperar a los postres, que es cuando se pueden encender los cigarrillos, y los segundos no se utilizan en ambientes formales.
Nadie comenzará a comer hasta que todos estén servidos, siendo el anfitrión quien, al iniciar su plato, marca el principio de la cena ó almuerzo.